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Enamorándome de mi esposa provisoria

Capítulo 42
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Capítulo 42

Kathleen los escuchó en silencio mientras terminaban sus palabras. En un instante, el

pastel en su boca ya no parecia dulce. Tenia un sabor insipido.

Sin embargo, las dos mujeres no se fijaron en ella y se marcharon cuando terminaron de

charlar

Ella qucria beber un poco de agua para calmar su garganta seca. En ese momento,

alguien le entregó un vaso de agua tibia. Cuando miro en dirección a la hermosa mano

que sostenía el vaso, vio a Christopher.

-¿Chris? –le arrebató el vaso y engulló el agua. Sólo se habia centrado en conseguir

comida y se había olvidado de conseguir agua.

Ella miro antes de mirar a Samuel, que estaba al lado. Luego pregunto:

-¿Como pudo dejarte aqui sola?

«¿No ha pensado en lo incómoda y fuera de lugar que se sentiria en su primera vez en un

evento de este tipo?», se molestó.

-Estoy acostumbrada -respondio. Luego, bebió un sorbo de agua. Después de comer un

poco de pastel, bebió más agua. Como al final se sintió llena de ella, decidió entonces

dejar de comer.

«Comere algunas verduras y carne más tarde por la noche», empezó a planear el menú

para su comida más tarde. Tenia que mantener su mente ocupada con otras cosas para no

pensar en Samuel y Nicolette.

Cuando dijo que estaba acostumbrada, quiso decir que estaba acostumbrada a ser

abandonada por su esposo. No importa cuánto lo necesite, él siempre la abandonaria por

ella.

En ese momento, Samuel estaba charlando alegre con otros. Pero al mismo tiempo, no se

habia olvidado de Kathleen. Cuando se giro de nuevo, Christopher ya estaba sentado junto

a ella. Los dos parloteaban y reian, molestándolo.

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Bajando su vaso, se excuso:

– Por favor, disculpenme. -Luego se dirigió hacia Kathleen.

Ella sintió que había una presión creciente que se acercaba a ella. Cuando miro de reojo,

vio que era el. Miro la comida en su plato y refunfuno:

-¿Es todo lo que estás comiendo?

-No tengo ganas de comer nada más -respondió con el ceño fruncido.

-Eres demasiado exigente-se quejo.

–¿Te has enterado de esto ahora? – pregunto Kathleen con despreocupacion-: Oh, claro. Ni

siquiera te importa. Incluso Maria sabe más de mi que tu.

Ante esto, el se quedo sin palabras. Esta intentando hacerme quedar mal delante de

Christopher?»

-Kate tiene un estomago debil. La mayor parte de la comida aquí fue preparada de

antemano y ya esta mia.

Cómo espcras que se los coma?-le pregunto Christopher con frialdad, lo que lo enfureció.

«Incluso Christopher sabe que ella tiene un estómago dcbit?

-Te llevaré a comer algo caliente -declaro. Luego tiró de Kathleen para que se pusiera de

pie. Sus manos eran delicadas y suaves.

Por supuesto, se frustraria al verla hablar con otros hombres. Pero cuando la vio hablar

con Christopher, sintió que estaba a punto de perder un objeto precioso suyo. Agarró su

mano con fuerza como si fuera la unica forma de hacer desaparecer esa sensación.

-Christopher, sé que estás ocupado y no tengas tiempo ni para comer. Así que no te

invitaré a acompañarnos – le dijo con frialdad. Con eso, se alejó con Kathleen.

Christopher se quedó pensativo mientras la veia marcharse,

Sentia que le faltaba algo cuando la veía mirar a su primo. Aunque eso era algo que

esperaba, sintió que su corazón se desgarraba al mismo tiempo.

Deseaba que Samuel tratara mejor a Kathleen. Pero al mismo tiempo, si seguía asi, él

tendria una oportunidad con ella. Esa dolorosa sensación le atormentaba cada dia,

dejándole un dolor insoportable.

Samuel llevó a Kathleen al coche. Sin embargo, se encontraba en un dilema sobre dónde

debia llevarla a comer.

Después de pensar en la avena que comió la última vez, decidió llevarla alli. Kathleen se

sentó en el coche y miro por la ventanilla, diciendo:

-Si echas tanto de menos a Nicolette, puedes irte. Puedo cuidar de mi misma.

El rostro apuesto de Samuel se ensombreció.

-Te voy a llevar a comer -declaró-. Esto no tiene nada que ver con ver a Nicolette.

– Podrias haberme llevado a cualquier otro lugar, pero elegiste traerme aqui -señaló

entonces el hospital que habia fuera de la ventana.

-¿Crees que me inventaria una excusa asi sólo para verla? –se burló.

– Porque quieres convencerme de que done mi médula ósea -respondió ella con

indiferencia. Con eso, saco su telefono y reprodujo la grabación de la conversación entre

las dos mujeres hace un momento.

Mientras la escuchaba, la mirada de Samuel se volvió fria.

-Samuel, llevamos tres anos casados. Si alguien de la familia filtrara información, ya lo

habria hecho antes. Asi que estoy segura de que eres muy consciente de quien fue el que

dejo salir esto -dijo con frialdad-, No me gustan los trucos SUCIOS como este. Dilea

Nicolette que mi palabra es definitiva No voy a donar mi médula ósea Y dile que deje de

obligarme a hacerlo. -Con eso, salió del coche. Acontinuacion, pidio un taxi y se marcho

Despues, Samuel condujo el coche hasta el hospital de enfrente y se bajó para buscar a

Nicolette, quien estaba sentada en la cama del hospital y miraba su telefono. Seguia

reproduciendo el video de Kathleen

dando un discurso en el escenario.

No era porque pensara que hablaba bien, sino porque la mirada de Samuel estaba llena

de orgullo mientras la escuchaba. Era imposible que no sintiera nada por su esposa

En ese momento, oye pasos en el exterior. Cuando se dio la vuelta y lo vio, se alegro:

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Samuel, estas aquiNo dijiste que vendrías por la noche?

– Nicolette, le contaste a los demás sobre mi matrimonio con Kathleen? -preguntó con

severidad,

Nicolette se quedo atonita: «¿Cómo lo sabía?>>

– No lo hice -negó-. Samuel, no soy tan infantil.

-¿Arreglaste para que alguien cotilleara sobre ello delante de Kathleen? – le preguntó con

frialdad.

Ante esto, Nicolette entró en pánico. «¿Cómo lo sabia él? ¿Podría ser que lo hubiera oido?

¡Idiotas! No pueden hacer bien una simple cosa».

Solo queria provocar a Kathleen y hacerle saber ella era la que le gustaba a su hombre.

Esperaba que Kathleen renunciara antes a él por este motivo. Pero no esperaba que

Samuel se enterara de todo.

-¿No te dije antes que aunque me divorciara de Kathleen, no dejaria que nadie le hiciera

daño? -Samuel tenia una expresión de acero.

– Lo sė. Pero no he hecho nada – Nicolette fingió ignorancia-¿Alguien te dijo algo? Samuel,

sé que los padres de Kathleen salvaron a tu abuela antes, asi que es una benefactora de

tu familia. Tu familia la quiere, y tu familia también es la mia. ¿Por que iba a hacer algo

que la perjudicara? Además, es imposible que mantengas tu matrimonio de tres años con

Kathleen en secreto y no esperes que nadie lo descubra

– Porque nadie lo sabia desde hace tres años-respondió Samuel con seguridad. Nicolette

se sintió agraviada mientras se mordia el labio y las lágrimas corrían por su rostro.

– ¿Así que crees que envié a alguien para enfadar a Kathleen? ¿Qué bien me haría si la

enfadara? ¿Cómo me donaria entonces su medula ósea?

-Es bueno que lo sepas-Samuel permanecio indiferente-. Nicolette, tu me conoces mejor

que nadie. Odio que me tomen el pelo.

-Samuel, no estoy jugando contigo. No lo hice – sonaba como si estuviera a punto de

llorar-. Es que te quiero demasiado. Samuel, pasé por tantas penurias fuera en los últimos

tres años sólo para poder recuperarme

Tiró de la manga de Samuel y continuo:

-Samuel, quiero ir a casa. El cumpleaños de la abuela es pasado manana. Quiero celebrar

su cumpleaños. ¿Puedes venir conmigo?